Se parecen a una elegante boutique parisina, una fina
joyería o un bar con mucha onda. Pero no. Son tres chocolaterías de Buenos
Aires que ningún aficionado a este fruto del árbol que veneraban los aztecas -el
cacao- debería perderse a su paso por la capital argentina.
Vasalissa
Los orígenes de Vasalissa se remontan a la Rusia de la
Primera Guerra Mundial, de donde huyó Abrascha Benski y su familia en dirección
a Rumanía. En este país de Europa del Este instaló una fábrica de caramelos y
chocolates, pero luego de algunos años decidió venderla para emigrar a
Argentina. Cuando este ruso descubrió el gusto de los argentinos por el dulce
de leche, pensó que sería una buena idea combinarlo con el producto del cacao que
él trabajaba. Abrascha volvió a montar su propia empresa, esta vez para vender
bocaditos de dulce de leche cubiertos de chocolate y fundar una marca que ha
perdurado: Cabsha. Muchos años después, al fallecer su fundador, la empresa fue
vendida. Pero en 2006, su hija y su nieta, Dadi y Federica, decidieron
recuperar la tradición familiar y fundaron Vasalissa. El nombre remite al personaje
de un cuento de hadas ruso que habla sobre padres e hijos. Es el legado que
Abrascha le transmitió a Dadi y que ella le transmite hoy a Federica.
Torre Praliné (“cobertura de chocolate con leche o
semiamargo relleno con una crema de avellanas y con una avellana intensa y
crocante como corazón”) y Gianduia (“el más exquisito de los chocolates,
equilibrio perfecto entre un aterciopelado chocolate y avellanas de sabor
intenso”), son solo algunas de las más de 25 variedades de trufas y bombones
que ofrecen en las boutiques. Tabletas, helados, cajas y sorprendentes figuras
de chocolate son otros de sus productos. La empresa cuenta actualmente con seis
tiendas ubicadas en los barrios de Recoleta y Belgrano, en los centros
comerciales Galerías Pacífico, Unicenter Shopping y Tortugas Open Mall y en
Martínez. Para más información: www.vasalissa.com
Rapa Nui
Esta chocolatería tiene su origen en Bariloche hace 17 años.
Fue fundada por Diego Fenoglio, cuyo apellido es sinónimo de buen chocolate
argentino. En el pasado, la marca Fenoglio fue una de las más importantes de la
Patagonia y de toda Argentina y Diego heredó al pasión por una tradición
familiar que se remonta al Turín de principios de Siglo XX. Fue su padre, Aldo
Fenoglio quien dejó su chocolatería en el norte de Italia para emigrar a
Bariloche tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
La casa central y la fábrica están en la Patagonia, pero le
empresa ya cuenta con cuatro sucursales en Buenos Aires. Allí, los helados son
tan codiciados como los chocolates. Son imperdibles los de trufas Amapola y Tentación rama y el Fra
Nui (frambuesas frescas bañadas en dos chocolates).
Para crear las tabletas, trufas, ramas y bombones de
chocolate Rapa Nui importa cacao de Costa de Marfil, Brasil y Venezuela. Más
información en www.chocolatesrapanui.com.ar
Elite
Fue fundada en 1943 por dos alemanes, Julius Wartelski
y su hijo John, quien desarrolló su vocación de chocolatier y se formó en las
mejores bombonerías de Berlín y Zurich.
Inicialmente su clientela se limitaba a un reducido núcleo
suizo-alemán. Hoy cuenta con 6 locales y ventas online en Brasil, Estados
Unidos, Japón y Corea, perfilándose como una marca de nivel internacional.
Bombones rellenos como mazapán, nougats, trufas clásicas,
con miel y champagna y altos estándares de calidad, hicieron popular esta
chocolatería que elabora los productos bajo su propia receta. Más información
en www.elitechocolates.com.ar
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